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La Silla

Parece ser que un día alguien denunció la desaparición de un niño de nueve años. Los vecinos declararon que en el sótano de la casa de Proaza se oían llantos y ruidos extraños. Las autoridades encontraron, sobre una mesa de madera, al chiquillo totalmente despedazado tras haberle practicado una "autopsia en vida".

El médico negó una y otra vez ante la Inquisición tener un pacto con el diablo, aunque vinculó la magia negra con la posesión de una silla que estaba en su escritorio, en la que se sentaba a escribir sus ideas y notas. Proaza confesó que el asiento era un regalo que un nigromante le había hecho en 1527 y la leyenda dio por hecho que, al sentarse en el terrorífico lugar, entraba en trance y percibía fenómenos sobrenaturales. La Inquisición dictaminó que el diablo se comunicaba con él a través de esa silla.

Proaza murió en la hoguera. Nadie quiso hacerse cargo de su mobiliario y enseres, que pasaron a ser propiedad de la Universidad de Valladolid. La silla se mantuvo fijada a la pared de la sacristía de la Capilla Universitaria, a una altura considerable y boca abajo, para que nadie cometiera la imprudencia de sentarse en ella. Dicen que quien lo hace tres veces, muere de manera fulminante.

"La Silla del Diablo" está expuesta actualmente en el Museo Provincial de Valladolid, con una cinta roja que disuade a los visitantes de cometer el terrible error de sentarse en ella.

Cuentan que, en el siglo XVI, Andrés de Proaza, un médico discípulo de Alonso Rodríguez de Guevara, que abrió la primera Cátedra de Anatomía de España en Valladolid, hacía tratos con el diablo y que sus conocimientos de anatomía eran más propios de ese pacto que de los estudios de medicina. Y dicen también que se dedicaba a materializar los deseos del maligno en cuerpos humanos.e.

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El Pacto

Quinientos años después, el diablo propone un pacto a quien acceda a sentarse en su silla.

Todos estamos condenados a padecer el paso del tiempo de modo unidireccional y hacia adelante. Por mucho que queramos, jamás volveremos al mismo lugar, a pesar de realizar el mismo viaje. Tampoco viviremos de nuevo los momentos felices que nuestra memoria nos recuerda una y otra vez porque, en definitiva, nunca volveremos a ser los mismos. Estamos obligados a reinventarnos cada día, buscando horizontes nuevos que nos acojan y construyendo recuerdos que serán los que nos asaltarán más tarde.

Y así constantemente. Hasta el final de nuestros días.

Salvo aquel que se atreva a sentarse en "La Silla del Diablo" y acceder al pacto que se le ofrece: se encontrará en el último año de su vida, pero podrá elegir cuál de los anteriores, aquellos que ya ha vivido, quiere repetir. Su vida a cambio de realizar un viaje al pasado y volver a vivir el mejor año de su vida, aquel en el que fue feliz.

Si pudieras repetir un año... ¿cuál sería y por qué?

"La Silla del Diablo" es un formato para la televisión, la radio, las Plataformas Digitales y los periódicos, que podrán, además de en sus emisiones, incluir dichos contenidos a través de podcast. En una entrevista de veinte minutos de duración, el invitado, sentado en "La Silla del Diablo", jugará a "establecer un pacto" mediante el que podrá volver al mejor año de su vida, cuyo contenido y circunstancias serán el centro de la conversación con su interlocutor, el personaje del "Diablo", que no aparecerá en escena y será escuchado mediante voz en off.

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